Cuatro películas mexicanas llegarán al mismo tiempo este viernes, debido
a los pocos espacios que encuentra frente a los blockbuster de verano
(Kung Fu Panda, Capitán América y Harry Potter, entre otras) y luego los
de invierno a partir de noviembre.
La cifra es inédita en el pasado reciente, pues generalmente se
estrenan, a lo más, tres producciones. Habrían sido cinco, pero de
último momento se retiró La revolución de Juan Escopeta, que se pospuso
para noviembre. La pregunta que se hacen productores y directores
mexicanos es si cuatro lanzamientos son muchos para el público, si es
una ventaja o se canibalizarán entre ellos.
“Lo realmente importante es que los distribuidores se comprometan y
hagan una buena estrategia para promocionarlas, con los mejores horarios
y complejos que ayuden a la película”, considera Miguel Necoechea,
presidente de la Asociación Mexicana de Productores Independientes.
“No es tema si salen cinco mexicanas y cinco de Estados Unidos,
finalmente siempre hay que salir a competir, contra quien sea”, comenta.
Tradicionalmente, debido a que anualmente se estrenan unos 300 filmes
extranjeros, mayoritariamente estadounidenses, el cine nacional (que
anualmente saca 40 cintas) se tiene que pelear por ser programado a lo
largo de cinco meses.
De los 12 que conforman el año, se restan automáticamente los tres del
verano, donde dominan los blockbuster de Hollywood; dos de la época
navideña, uno más para la proyección de nominadas al Oscar y otro en el
que muchas distribuidoras aprovechan la Semana Santa y atraer al
público. Por eso, a veces, vario títulos nacionales llegan a empalmarse
en sus fechas de estreno.
Marina Stavenhagen, directora del Instituto Mexicano de Cinematografía,
celebra que las películas nacionales busquen su salida aunque sea de la
manera mencionada.
“A mí me deja un buen sabor de boca que haya tantos estrenos; nunca va a
ser lamentable que lleguen tantas, aunque claro, nos gustaría que no
compitieran entre sí”, reconoce.
Pero el sostenimiento de un título mexicano depende de la calidad de las
películas, considera Alejandro Ramírez, director de la Cámara Nacional
de la Industria Cinematográfica, que aglutina a exhibidores y
distribuidores afincados en México.
El también director de la cadena exhibidora Cinépolis recuerda que el
año pasado llegaron varios títulos mexicanos en un solo mes, como El
infierno, No eres tú soy yo e Hidalgo, la historia jamás contada, que se
mantuvieron durante semanas.
Y asegura que cuando se revisan las listas de estrenos, se habla con
distribuidores avisándoles que se juntan títulos de un mismo país o de
género.
“A veces hacen caso, a veces no. A nosotros nos gustaría que no se empalmaran tanto”, subraya.
Ninguno de los entrevistados piensa que hay ventaja o desventaja como tal, por estrenar tanto.
Lo más relevante, en todo caso, es que haya salas dedicadas a exhibir
únicamente cine mexicano, comentan algunos como el actor Damián Alcázar,
protagonista de la película La ley de Herodes.
“Con dos salas para cada ciudad de México, dedicadas únicamente a cine
mexicano, con eso sostendríamos a la industria”, puntualiza el histrión.
Y concluye Ignacio Ortiz, director de Mezcal y Cuento de hadas para
dormir cocodrilos: “El cine de Estados Unidos hizo su tarea, formó
públicos, ahora a nosotros nos toca formar a los nuestros”, indicó.
Qué viene
Se trata de una película de animación 3D y otra de ciencia ficción; la
tercera de corte histórico, ubicada durante el movimiento estudiantil de
1968 y la última de acción.
Éstas son las propuestas que tendrán como título El gran milagro, De día y de noche, Borrar de la memoria y Bacalar.